Vuelven las nubes, ansiosas por descargar sus lágrimas, vuelven las tardes grises de brasero y las noches gélidas de sentimientos. Regresa el frío tacto de las sábanas al acostarse y la almohada ya no trasmite el calor de antaño, ya nada de eso es suficiente, nada consigue remediar ese sentimiento vacío que despierta este tiempo.
Las oscuridad consigue imponerse a la luz, logra subyugarla bajo su mandato dictatorial y la destierra al olvido. El sol intenta dar sus últimos suspiros antes de que se ejecute la sentencia, sabe que en breve dejará de brillar y cuando lo haga, ya no tendrá la intensidad de antaño, no será capaz de hacer latir los corazones aletargados.
. Los sueños esperan su momento pacientemente , aunque saben que ahora es el turno de las pesadillas, de los llantos y la nostalgia. Los recuerdos se apoderan de las almas errantes y las atormentan con infinidad de preguntas.
Se buscan culpables, verdugos y corazones corruptos, se justifican los actos más cobardes, los más vergonzantes y los héroes brillan por su ausencia.
El silencio amordaza las palabras y, las que consiguen escapar no consiguen trasmitir nada. Los lágrimas ahogan, asfixian e impiden pedir auxilio, los sentimientos se mueren y todo pierde su sentido.
Peinaba canas a contraluz, intentando esconder bajo la tenue luz, el paso del tiempo que de manera implacable se apoderaba de su vida. Pensaba que en penumbra sus mentiras parecían menos mentiras e incluso su corazón le perdonaba el ostracismo al que lo había sometido desde tiempos lejanos.Sus arrugas en la cara eran la prueba fehaciente del sufrimiento,dejadez y desdén al que había sometido todo su ser. Sus ojos verdes hasta la treintena se habían convertido en una mirada gris de desánimo.Ese reflejo exterior era una mínima muestra de todo lo negativo que su alma escondía, de todos los fantasmas que le atemorizaban y de todas las historias sin final feliz que habían llenado su vida.
Nadie le acompañaba en estos momentos, le gustaba engañarse pensando que la soledad vivida era escogida libremente, y no fue hasta poco antes de su primer infarto cuando descubrió la mentira a la que había estado sometida.
Está vez, su corazón se rompió y ya no tenía cerca a nadie a quien culpar culpar, todo lo que ahora estaba viviendo tenía su firma, lo planeó de una forma meticulosa aunque le costara reconocerla. Ella, y solo ella, fue la responsable de ahuyentar a todas las personas que se desvivían por ella.
Día a día escribió su epitafio, tenía su carta de despedida preparada para aquellas personas que encontraran su cuerpo, aunque en esta ocasión tuvo suerte y la vida le quiso brindar una segunda oportunidad. ¿Una segunda oportunidad o una mala jugada del destino? No sabía que pensar, dudaba de todo, como de costumbre.
Siempre le había costado reponerse a los desengaños, tanto los amorosos como los que la vida le iba regalando con el paso del tiempo y, ese era su mayor fallo, nunca vio esas vivencias como una oportunidad de cambio, como algo que le hiciese aprender y crecer como persona. Todo lo percibía como amenazas, como bromas macabras e incluso en algunas ocasiones, creía escuchar risas de fondo que se mofaban de su persona.
Pensaba que el olvido era productivo y que le permitía reflexionar sobre sus actos y consecuencias, pero era un espejismo...(cierto es que en ocasiones es necesario buscar este tipo de soledad para crecer pero no era su caso.)
En esos instantes en que estuvo más cerca del cielo, del infierno o cualquiera que fuese su maldito destino, se percató que había llegado a ese punto a través de la falta de voluntad e ilusión convirtiéndose en la marioneta de sus miedos, en la victima represaliada de la dictadura de su orgullo...Ver pasar por su mente la imagen de su funeral en un día gris como todos los que había vivido hasta el momento le hizo ver la vida con otros ojos, los ojos verdes con los cuales había seducido al mundo en su juventud.
Cuando tu corazón llora y no sabes el motivo, cuando intuyes que algo falla y no sabes el qué, cuando tus motivos nunca son lo suficientemente importantes para dar ese paso, cuando observas en silencio e intentas aparentar que todo va bien...
Cuando las palabras nunca son las adecuadas, los miedos ganan y los sentimientos no encuentran una forma de mostrarse, cuando tus fantasmas te dan alcance por mucho que intentes esquivarlos y el terror se apodera de tu cuerpo y te conviertes en un ser inerte...
Cuando recuerdas que una vez tuviste la oportunidad de cambiar todo ésto y no lo hiciste, cuando volviste a demostrar que eres cobarde, cuando tu vida se compone de mentiras, fantasías y sueños de otros...
Cuando tú ya no eres tú, eres una sombra que deambula por las calles; un espectro que para de cantina en cantina buscando consuelo en las palabras de "psicólogos" de medio pelo.
Cuando lo único que deseas es ver el final de ese vaso para empezar con el siguiente, cuando mil botellas ya no son suficientes cuando tu boca se reseca, tus palabras se vuelven torpes y todo empieza a adquirir el sentido que tu deseas...¡Cuándo te mientes!, ¡Cuándo me mientes!
Cuando sus visitas se hacen cada vez menos frecuentes, cuando las llamadas dejan de sucederse y el sentimiento de añoranza en su ausencia se convierte en calma, cuando amas sin saber muy bien que significa esa palabra.
Cuando te odia, cuando la quieres.
Días que se convierten en una mera cuenta atrás hasta la llegada del siguiente, jornadas vacías, huecas, aburridas hasta el hastío. Corazones que luchan por seguir latiendo sin saber muy bien el motivo. Pasos desorientados, marchas fatigosas por senderos traicioneros que suelen terminar en abruptos acantilados...
No se me ocurre mejor forma de definir la rutina diaria de una persona que no sabe que va a ser de su destino, no sé como expresar el sentimiento de derrota de aquel que tiene miedo a levantarse mañana y descubrir que nada a cambiado. No quiero vivir esa sensación de nuevo, ya lo hice y los resultados no fueron los más satisfactorios, quiero seguir ilusionado por mucho que la realidad intente impedirlo.
Me gusta pensar que cada día tiene algo de especial, tengo la certeza que el sol no brilla de igual manera dos días seguidos y eso me permite seguir mirando con ilusión al futuro. Y es en este momento que recuerdo que el futuro lo creamos en el presente, que todo lo que haga en éste preciso instante tendrá repercusión en la historia que me queda por vivir, una historia en la que deseo que vuelvas a tener el papel protagonista que ocupaste en el pasado.
No me importa el nombre que adoptes en esta ocasión, no me importan tus defectos y tampoco busco que seas perfecta, no quiero quitarte el sueño quiero formar parte de ellos. Necesito estar cerca de ti cuando tengas pesadillas y susurrarte al oído la palabra perfecta, aquella que te haga dejar de temblar y cambie tu expresión.
Quiero olvidar que marqué tu rostro con las arrugas de la desilusión, quiero que me perdones, necesito que me des una nueva oportunidad... Añoro abrazarte, ganarme el derecho a acariciar esos labios, necesito poder clavar mis pupilas en las tuyas y dejar pasar el tiempo sin decirnos nada...
Sin embargo, aquí estoy dando salida a todos esos sentimientos a través de este texto, mis miedos siguen impidiendo que salga a buscarte, te evito cuando te tengo cerca y te dejo escapar día tras día. Me engaño pensando que no eres para mí y me acomodo en mi soledad elegida (¡que gran mentira!). Pienso en no arriesgar, si arriesgo corro el riesgo de perder y no me doy cuenta que mi corazón se esta llenando de "nada".
Llevo mi mirada con terror al comienzo de este texto y descubro que faltan pocas horas para mañana.
La incertidumbre de la duda la mataba cada noche, hoy se acostaba deseando besar la boca de la cual salían consejos sabios, aquella boca sincera y que siempre había tenido una palabra cariñosa para ella, la que siempre había estado allí y la que no se limitaba a decirle lo que quería escuchar, nada le apetecía más esta noche que morder esos labios, hacerlos sangrar y marcarlos a fuego. Lo deseaba con todas sus fuerzas pero algo le hacía pensar que no era la mejor elección, sus miedos la obligaban a correr en busca de otros labios sin compromiso de permanencia.
En lo más profundo de su ser sabía que huir era la decisión más desafortunada y cobarde que podía tomar, pero el miedo al compromiso y a sufrir por alguien cercano y conocido le hacían pensar que tomar ese camino era lograr una victoria final.
Se contaban por decenas los "noes" salidos de su boca, las palabras de desprecio y los actos de olvido cruel al que sometía a un corazón que latía y sufría por ella, aunque eso no impedía que él siguiese sintiendo que nunca alguien se mereció su amor más que aquella chica temerosa. Cada latido era un beso lanzado al aire, un suspiro interior y una muestra de amor escondida.
Víctima de sus dudas buscaba refugio entre vasos de ginebra y falsas apariencias, a lo lejos unos ojos la miraban con miedo, con dolor, viendo como poco a poco vendía su alma al diablo, como se entregaba a bocas mentirosas, bocas llenas de palabras vacías y falsos juramentos. Labios que solo tenían una meta, labios de corta memoria que en unas horas estarían robando besos de otra boca ingenua y temerosa.
Noche tras noche se repetía la misma historia, distintos personajes pero el mismo final. Ella se perdía entre bocas misteriosas y mentiras; él era incapaz de darse cuenta que era el centro de otras miradas... Nadie ganaba con esta historia, los dos morían por el otro, (uno de amor la otra de dudas).
Mi única misión era la de mantenerte a salvo, la de impedir que este mundo te tratara con la dureza que trata a las personas nobles, mi primera y única misión y fue un fracaso. Hoy me someto a juicio por ello, hoy dejo aflorar todo aquellos secretos que dieron al traste con mi cometido, hoy me miro al espejo y veo un rostro lleno de grietas, y cada una de ellas con una historia que contarte, con un secreto que confesar y con una pena que cumplir durante el resto de mis días.
Grietas por las que huyes, rutas de escape que aprovechar durante la noche, puertas de emergencia usadas con más frecuencia de la esperada...
Noches en vela esperando a que no sientas la necesidad de marcharte, veladas deseando que por una vez no busques más allá de un "nosotros", ¡déjalo!, por favor no lo intentes, no lo pienses, engáñame y dime que no necesitas nada más que un te quiero. Abre tus oídos, escucha mi voz decirte: "no te fallaré", cree esa mentira, y yo fingiré que es la más universal de las verdades. No soy mal tipo, no soy mala gente, posiblemente ese sea el fallo, mi gran error de base, mi tara, mi talón de Aquiles...Soy el perfecto antiheroe de película americana, el chico para todo, el hombre para nada.
Ya pagué con creces el dolor que te cause en otra vida, tú no lo recuerdas, es imposible que lo hagas, no compartías ni tan siquiera el nombre con el que ahora te identificas. Yo, en cambio sigo siendo el mismo, reflejo de miedos e inseguridades, pala que ayudó a enterrar tus sentimientos, lápida que una vez te dió por muerta y enterrada, jarrón de flores para tu recuerdo.¡Sí!, sin lugar a dudas eso soy, guardián de tu otra vida, carcelero que no quiere dejarte escapar, loco incapaz de borrar recuerdos a los que ya no pone cara... Defensor de lo indefendible, soñador de inalcanzables y mártir de lo imposible... Bloguero de medio pelo, frustrado galán de serial venezolano, copia barata de alguien al que le sonrió la fortuna. Bebedor compulsivo de amarguras y sobre todo...Sombra de la más oscura de tus sombras.
Dejó de creer en cuentos de hadas hace mucho tiempo,tanto que en
realidad no sabía si lo hizo alguna vez.Para él, la única verdad, es que
todo tenía un final pero no siempre existía un comienzo.
No le gustaba que lo mirase con ojos confiados, ni que esbozara una
sonrisa al hacerlo.Sabía de su naturaleza humana y, que como tal, tarde
o temprano acabaría fallándole y decepcionándola. No quería ser esa persona en la que ella encontrara cobijo y respuesta a
todas sus dudas, no quería sentirse importante, sabía que no sería capaz de estar a la altura. De solo pensar en ello
sentía un tremendo pavor que paralizaba todo su cuerpo.
No creía en escenas de película, llenas de risas, brindis, bailes y banda sonoras. Siempre había soñado con secarle las lágrimas y contarlas una a una para que no fuesen derramadas en el olvido...Y cuando estaba cerca de conseguirlo, siempre buscaba un acontecimiento al que darle más importancia, una justificación o una mentira que lo pospusiera.
Nunca quiso mil besos vacíos y rutinarios, sentía la necesidad de lograr "el beso", uno...Pero
con tanta pasión y sentimiento que le hiciese arder en deseos de ganarse
el siguiente.
No quería escuchar "te quiero" mil veces y que cada vez que lo hiciese
perdiese valor por convertirse en una expresión monótona e
infravalorada. Es más, no quería escucharla quería que se lo demostrase
todos los días...
Cuando terminó de contarme todo esto solo se me pasó por la cabeza una
pregunta...¿Seguro que no crees en los cuentos de hadas?...
Deseos que no son más que reflejos de inseguridades, miedos, anhelos y envidias. Nostalgia mal entendida para corazones alimentados de sufrimiento.
Largos pasillos en penumbra, sombras terroríficas que intentan mostrar el futuro, acontecimientos pasados que están por llegar y lecciones mil veces repetidas pero nunca aprendidas. Situaciones que se repiten de distintas formas pero con idéntico final.
Clases particulares sobre fobias y angustias nunca superadas, miradas inquisitorias y llamadas de atención que no son tales, cuidados despreocupados y pensamientos en blanco.
Planes, metas, misiones y objetivos olvidados mucho antes de tan siquiera plantearlos.
Enfados olvidados a cambio de una sonrisa, odios que esconden la más loca de las pasiones, lágrimas que embarran el suelo e impiden una rápida huida. Amores que hieren como cuchillos y desamores que reviven a seres insensibles.
Actores invitados que deciden formar parte del plantel y estrellas que se quedan sin frases de peso en pueriles tragicomedias de aficionado.
Besos malgastados en labios insensibles, que aprovechan cualquier pausa para bailarles el agua a oídos ingenuos y vírgenes de mentiras.
Vida que se esfuma entre lamentos y que parece no seguir un patrón definido, moralejas que no son más que libres interpretaciones de los acontecimientos y falsos testimonios lanzados al aire en busca de un perdón tan innecesario como inútil.
Bailes de salón con la muerte al son de un coro de ángeles. Rozaduras en los zapatos y un último suspiro antes de la pieza final.
Se encienden las luces para unos, se apagan para otros y, vuelta a comenzar...
Así comenzaba una de las cartas que tenía ante sus ojos, todas fiel reflejo del daño que había causado a la gente que se había atrevido a sentir algo por ella. No se porqué, pero hasta ayer no fue capaz de volver a
ponerse delante de esas misivas y leerlas, no quería recordar tanto daño causado y menos los rostros de todas las víctimas que dejó en su camino.
Pensó que leerlas le llevaría a la redención, sin darse cuenta que el perdón al que aspiraba no se conseguía de esta manera. Quería sentirse liberada pero lo único que consiguió fue despertar todos los demonios que descansaban en su interior. Leía cada palabra
con dolor, con angustia, con miedo...pero sobre todo las leía en
soledad, sintiendo que esa era la única forma que tenía de ponerse en el lado contrario. Sabía que había sembrado de soledad unos campos en los que antaño no había un solo momento de silencio. Lo único que lograba con su actitud era sentir el mismo dolor que provocó pero ni eso sirvió para poder sentirse en paz consigo misma... Tras leer la última de tus cartas, y recordar la pasión que ponías al escribirlas sus ojos empezaron a llorar dedicándote las lágrimas que te mereces, las mismas que te robó y que hicieron palidecer esos ojos azules hasta convertirlos en grises.
Ahora, todo se había vuelto en su contra, le dolía no poder estar juntos, sufría por no poder coger tu mano; pero sin lugar a dudas lo más doloroso era no poder mirarte a la cara, ella sabía que la habías perdonado, pero el perdón más necesario, el suyo propio, todavía estaba por llegar y ya eran muchas noches en vela esperándolo.
Quería acercarse a ti y preguntarte mil cosas, pero lo único que podía hacer al verte era mirar al suelo para no tropezar con sus pasos temerosos y descoordinados.
Su mayor deseo era poder dirigirte unas palabras y que le dijeras: "Recuperé el tiempo que me robaste, alguien lo guardaba en su corazón para entregármelo".
Una mañana un niño salió de su casa llevando en una de sus manos una
pequeña cajita. Rápidamente cruzó la calle y entró en la panadería donde
su madre todas las mañanas compraba pan y esos dulces que a él tanto le
gustaban. Subiéndose a una caja vacía preguntó: "Perdone señor, estoy
buscando la felicidad, ¿sabe donde esta?", el panadero quedó asombrado
ante tal pregunta y no pudo responder así que el niño se fue de allí alicaído. Pero no se rindió y recordó que su padre estaría en la
taberna que había al final de la avenida, fue a buscarlo y al llegar
allí le pregunto:"Papa estoy buscando la felicidad,¿sabes donde
esta?;obtuvo la misma respuesta que en la panadería, ninguna, así que se
fue con los ojos húmedos, preguntándose como era posible que ni su padre
supiera donde se encontraba. Pasó el día de tienda en tienda, de
portal en portal, preguntando a hombres y mujeres que paseaban por su
barrio y, todas las respuestas eran la misma: Silencio...,nada, como
mucho un tímido "no sé". Derrotado por la caída del día el niño llegó a
su casa sin aliento, sin ilusión,pensando que nunca sería feliz ya que
no podía encontrar el lugar donde tan apreciado estado se encontraba,
pensó que a partir de ese día su vida no sería nunca igual, era como si
le faltase algo. Cenó sin decir ni media palabra, se puso su pijama y
se dirigió a la cama a descansar, pero antes recordó su cajita, la
abrió y automáticamente una sonrisa se dibujo en su cara, solo en ese
momento se dio cuenta que la felicidad está donde cada uno quiere que
esté, que no hay que buscarla ella sola nos encuentra y reside en lo más
insignificante. Entonces sintió pena por su padre que horas antes no
supo contestarle, bajo corriendo la escalera y le dio un beso, justo en
ese momento su padre dijo: "Aquí esta la felicidad".
Despierto sumido en la más profunda oscuridad, empapado en un sudor
frío, sudor que lastra mi cuerpo y dificulta mi incorporación....tembloroso
enciendo la luz, no sé que rostro me puedo encontrar en el espejo...¿Me
sorprenderá el rostro desencajado del recuerdo? o ¿me saludará la cara
de la esperanza?... ¡Da igual!, cualquiera de los dos rostros provocan
en mí una terrible sensación de pánico...Por primera vez, me doy
cuenta que temo tanto a la vida como al no estar vivo. Macabra
situación a la que debo hacer frente y de la que no puedo huir como hacía antaño pero incluso siendo consciente de ello intento zafarme de la realidad. Mi cabeza se nubla, no entiendo de sentimientos, no reconozco tu voz y tus brazos ya no me ofrecen esa tregua tan ansiada.
No llego a entender tal ataque de locura y corro, corro sin dirección a
buscar cobijo, a esconderme de todos...Abro esa puerta secreta que solo
yo soy capaz de encontrar, busco en mi cajita de recuerdos y,...allí te
veo....sonriente, posando en cada foto, siendo el centro de atención,
robándome el protagonismo que merezco...desplazándome cada vez más a una
esquina de la habitación...
Receloso, continuo mirando las fotos, un
nudo en la garganta amenaza con no dejar pasar el más mínimo halo de
aire a mi interior, no me veo pero tengo la sensación de haber
palidecido rápidamente...Al llegar a la última foto mis temores se
confirman...me busco, miro con atención para ubicarme en aquellos recuerdos
y...estaba en el baño....
Hacía tiempo que había perdido el control de sus emociones. Cada vez
tenía más claro cuales eran las cosas que le hacían feliz, pero era
incapaz de luchar por conseguirlas.
No sabía el motivo, pero ya había
perdido toda esperanza. A su alrededor, nada, solo un desierto emocional con algún espejismo de alcoba que en lugar de calmar su sed hacía que esta se reflejase de una manera más extrema. Todo hacía presagiar que hasta su refugio diario,a la sombra de aquella sonrisa iba a desaparecer. Nunca se había parado a pensar
que ese momento podía llegar algún día y, aunque pensaba que lo cuidaba como se merecía, descubrió que no era así.
Ahora todo se convertía en prisas, sentía que había empezado una
carrera contra el crono cuyo resultado no podía ser otro que la
derrota. No estaba preparada para reaccionar como la situación exigía y
sólo le quedaba un sentimiento amargo de tristeza y desolación.
Su enemigo era fácil de superar, al menos eso es lo que parecía desde
lejos. Tenía varias opciones y todas ellas buenas...salvo la de callarse
y con su silencio dejar que todo/nada se perdiera de la misma forma que
fue creado. Todavía no había decidido que camino seguiría pero el conocimiento
de si misma le hacía saber que nada cambiaría, su vida sería exactamente igual como había sido hasta el día de hoy y sus ojos seguirían mirando al mundo distantes y atemorizados. Su vida no era más que la unión de todos las fobias que la devoraban mezclados con esa gran mentira que se repetía día tras día: "Cada sonrisa que me provoque me costará mil lágrimas"...
Nunca quiso darle la importancia que tenía, siempre pensó que era alguien que desaparecería de la noche a la mañana y nunca se paró a pensar que aquel momento y aquella persona no eran una estación más hacia la felicidad sino la parada final a tan largo viaje. Su torpeza, sus miedos irracionales y su desconfianza iban a dejar un abrazo sin respuesta , un "te quiero" aprisionado en unos labios mudos y un corazón petrificado. Nada de esto sería recuperable, no serviría una marcha atrás y menos un perdón tardío, no valdría un abrazo a destiempo y una noche de falsos juramentos, no se le perdonaría tan fácilmente o... ¿tal vez sí?.
Él, la seguiría esperando sabiendo que aquella chica necesitaba cariño pero era incapaz de pedirlo, necesitaba amor
pero cerraba las puertas a cualquier esperanza, necesitaba
intentarlo...pero nunca lo haría. A ella le faltaba tiempo pero por suerte, a él le sobraba vida y lo único que necesitaba era despertar con ella.
Para ella no era una tarde más, era una tarde lluviosa como las
últimas, pero había algo que la hacía distinta. En esta
ocasión no había nadie que mirara a través de la ventana con ella, nadie fantaseaba con las mil formas que dibujaban las gotas al resbalar por el gran ventanal.
Era un día raro, las gotas no hacían ruido al romper sobre los paraguas, los niños que pasaban delante de su casa no chapoteaban en los charcos. La monotonía solo era rota por el ruido de los truenos, instantes en los que parecía que el cielo se iba a desplomar sobre su cabeza.
La lluvia, que tantas veces había servido para limpiar su alma y
reponer fuerzas hoy le castigaba con gotas de soledad y nostalgia.
Quería combatir contra esos sentimientos pero no sabía como hacerlo, no
encontraba una palabra que diera consuelo a su pesar, repasaba
mentalmente los momentos en los que su cara reflejaba una sonrisa, pero
al instante volvía a darse cuenta que esa felicidad ya no le acompañaba.
Sabía que los momentos de tregua que había vivido eran escasos ante tal
sentimiento de amargura y que el único consuelo que le quedaba hoy se
desvanecía con cada trago que llevaba a su boca.
Sus oídos, tan embriagados como el resto de su cuerpo, eran capaces de distinguir canciones que le recordaban que cualquier tiempo pasado fue mejor, melodías que invocaban a su fantasma y que por momentos le hacían revivir cada uno de los momentos cómplices que habían pasado juntos. Eso no le hacía ningún bien y ella lo sabía pero era incapaz de parar el reproductor al que cada vez le prestaba más atención, como si en una de esas canciones fuese a encontrar la solución a su problema.
Entonces llegó el momento, no sabía porqué pero sus ojos se habían iluminado como si tuviesen la respuesta a todo.Sintió la necesidad de hacer una locura, tomó su abrigo
y se dirigió a su destino, al llegar la lluvia seguía cayendo como si
supiera que para ella ya no existiría el mañana.
Miró al cielo, se quito el abrigo y dejó que su cuerpo completamente
desnudo se empapase por completo, se tumbo sobre el duro y frío mármol que encerraba los restos
de su amado y se dejo llevar con él, su corazón latía cada vez con menos intensidad, sus ojos se iban cerrando y su rostro comenzaba a perder la expresión de pena para dar paso a una de tranquilidad y paz. ¡Por fin volvería a su lado!.
Lanzó un grito desesperado al aire mientras se alejaba, no esperaba
contestación, no la obtuvo mientras estuvo cerca y sabía que sus
lamentos al viento no serían contestados tampoco en esta ocasión.
Una parte de
su ser sabía que tenía que ser así,que su largo peregrinaje no tenía
como meta el lugar de donde hoy huía y que lo mejor que podía hacer era olvidar todos los momentos felices que pasó en ese allí para poder seguir su camino a ninguna parte y eso incluía olvidarse de ella y del amor que todavía le tenía.
Se sentía querido,pero ni ese sentimiento podía llenar el vacío que en
él provocaba la desconfianza y la inseguridad. Estaba cansado de querer
ser lo que no era, sus ojos habían perdido el brillo, ya no contemplaban el mundo como un escenario y su vida hace años que dejó de ser una comedia para convertirse en el drama más triste que pudiese imaginar la mente de los grandes escritores.
Hace años que se consideraba un simple muñeco de madera que sufría el paso del tiempo de una forma atroz, perdiendo cada día su recuerdo humano y cuyo final estaba cada vez más cerca. Deseaba que su corazón fuese atravesado por una de esas astillas, que cada vez con más frecuencia, se desprendían para hacerle notar el paso del tiempo.
La desilusión manejaba lo hilos de la triste
marioneta en la que se había convertido y no encontraba consuelo en
saber que la función se acercaba al final...Sabía de sobra que para él
los finales felices no lo eran tanto,simplemente,eran un descanso para
el comienzo de la siguiente función, en la cual sus hilos volverían a
ser manejados por sus miedos más irracionales llevándolo de nuevo al
comienzo de otro día gris. Estaba cansado de ser un títere,pero a la
vez, sin fuerzas para imaginar como podía ser su vida en el futuro.
Descorazonado sin motivo aparente,odiado por si mismo,día tras día,
incapaz de perdonarse los errores cometidos en un pasado y sintiendo
como aquello que para él podía ser importante no eran más que
banalidades.
Sus pulmones eran incapaces de respirar el aire que los purificara,su
corazón no latía al ritmo necesario para afrontar la vida y su
mirada,esa misma que en otros momentos se fijaba en el horizonte,ya no
buscaba nuevos retos...se conformaba con buscar un lugar donde nadie lo
encontrara, simplemente quería descansar en el fondo del baúl con los demás muñecos olvidados. Sus cuerdas se iban liando cada vez más y era incapaz de mencionar su nombre, aún sabiendo que con solo hacerlo ella podría liberarle de tan cruel sufrimiento.
Sus ojos habían dicho basta, se abrieron repentinamente liberándola
de aquel mal sueño y dejando aflorar las lágrimas que durante la noche
habían inundado su corazón. Aquella sensación al despertar le había
hecho darse cuenta que la realidad no era como ella imaginaba. Nunca se había parado a mirarse frente al espejo por miedo a que sus ojos, en otros tiempos vivos y soñadores, le hiciesen darse cuenta de la mentira en que vivía. Por
primera vez en mucho tiempo era consciente que su vida no podía seguir
siendo como hasta ahora,necesitaba un cambio pero se sentía incapaz, el miedo le atenazaba y la valentía y el amor propio hace años que la abandonaron.
Necesitaba saber que en algún
momento de su pasado él la quiso,
quería sentirse como la chica de las canciones, como la protagonista de
un cuento...y para ello debía marchar hacia su final feliz.Pero esto
nunca pasaría...Ese final feliz estaba cada vez más lejos y, una parte de ella lo sabía.
Cada vez eran más frecuentes sus visitas, en esos momentos se relajaba y por fin se mostraba natural.Conmigo no tenía miedo, siempre me tuvo y siempre lo supo, podía huir de sus fantasmas sin temor a ser abandonada ante ellos...Hacía mucho tiempo que cuando me hablaba de él ya no sonreía, pero seguía empecinada en hacer todo lo necesario para satisfacerlo, ya no sabía lo que era la dignidad, el amor propio, el respeto...Estaba tan ciega que nunca descubrió que con cada relato suyo afloraba en mi frente una arruga y mis ojos se escondían tras un mar de ojeras. Mi corazón la amaba, mis manos la deseaban y mi boca la nombraba en silencio. Sin embargo nunca lo sabría, seguiría luchando en una guerra que tenía perdida por no haberse cobijado a tiempo en mi trinchera. ¡No la culpo!, ¡no la odio!, no puedo, todos sabemos que el corazón no entiende de razones ni de lógica.
Ayer, él la esperaba detrás de la puerta para recibirla entre gritos y golpes, uno tras uno sus sueños se esfumaban, su vida se apagaba y sus lágrimas la ahogaban, pero incluso en estos momentos, pensaba que saldría indemne, pero por desgracia esta vez no iba a ser así.
Su príncipe se
había convertido en un monstruo carente de sentimientos que en lugar de
rosas a la cama le llevaba las espinas más afiladas que
podía encontrar. El
castillo en que se desarrollaba su sueño pasó a ser la prisión más
tenebrosa que jamás había sido descrita y ni todo el oro del mundo le
salvaría de cumplir condena en ella...Fue juzgada, condenada y
ajusticiada por la misma persona que en otro momento le prometió ser el
guardián de sus días, protegiéndola de los peligros que le acechaban en
este mundo, sin darse cuenta que el mayor peligro al que estuvo expuesta
era su propio custodio...ese que hoy, protegía con celo la urna donde
reposaba el corazón de la joven y todos sus sentimientos.
Su único delito, el de amar a alguien más que a su propia vida....
Intento
plasmar las palabras que ayer no encontraba, busco consuelo en estas
lineas de manera urgente, busco ese abrazo en ocasiones necesario y,
siempre muy lejano.Busco respuesta a mis dudas, busco,busco y busco para
no encontrar nada.
Todavía necesito una explicación a este cambio de humor, a esta extraña
sensación de necesidad, a este excedente de sentimientos y la poca
demanda que hay hoy en día de ellos.Pienso en cerrar el "tenderete", bajar la persiana y poner el cartel de cese de negocio. Ya que no
creo que todo lo que tengo que dar se deba vender en un puesto de
mercadillo a precio de saldo, es mucho más valioso... Comienza
a fosilizarse mi corazón, acostumbrado a latir para dos y, que lleva
mucho tiempo haciéndolo sólo para uno. Empiezan las dudas y los
quizás,las opciones que no lo son y el recuerdo de las oportunidades que
no eran tales. Resbalan las lágrimas por mis mejillas y se evaporan antes de poder fundirse con el barro que piso y en el que me encuentro cada vez más hundido. Mis piernas se muestran lentas, mis pasos torpes y mis ganas de continuar brillan por su ausencia. Retumban,como el eco en las paredes vacías de mi corazón,las palabras no
dichas,los sentimientos guardados,y el anhelo de algo que nunca tendré. Mis ojos han dejado de ser lujuriosos y ardientes para convertirse en tristes,nostálgicos y soñadores.¿Soñadores?, pensándolo mejor son de todo menos soñadores, no tienen ese brillo característico de los que se alimentan de ilusión,¿para qué?... Comienza
la montaña rusa de estas fechas, unos días disfrutando de subidas
lentas y esperanzadoras pero que a la vez recogen la ansiedad por saber
que la bajada tiene un comienzo y casi siempre no muy lejano. Comienzo
a olvidar como se pronuncian algunas palabras, que dirigidas a otras
personas tienen la misma fuerza, la misma importancia, pero no la misma
pasión. Mis llantos se funden con el desgarrado "quejido" de las
lechuzas y los aullidos aterradores de lobos...La luna que durante años
se había convertido en mi más leal lugarteniente se dedica a clavar
puñales en mi espalda. Y yo, noto como poco a poco me desangro, como ya no siento la fría hoja atravesando mi cuerpo, estoy vivo pero a la vez muerto.
Comienzo a apuntar en la lista de los "debes" muchos sentimientos
enterrados, alguno de ellos en vida, aún sabiendo que su sitio es
otro...comienzo a sentir miedo por arriesgar, comienzo a ser otra vez un
cobarde... Me alejo y borro mis huellas, la desconfianza en mí impide que actúe de otra forma y a la vez genera un miedo irracional a todo aquello que tiene que ver contigo. Agacho la cabeza y sólo acierto a decir: "¡ERES TÚ...SÉ QUE LO ERES!".
Comienzo a tener que decir tantas cosas que mejor es callarse...
Y allí se encontraba, sentado en una esquina de su habitación sin ser
capaz de mirar por la ventana, pensativo y tembloroso...Sabía que fuera
de esa cárcel tenía que existir algo bueno, algo hecho para él, algo con
lo que sentirse útil, algo que le hiciese, de una vez por todas,
olvidar lo que fue y centrarse en lo que se prometió llegar a ser...Algo que le permitiera desplegar sus alas y volver a volar como antaño.
Lloraban sus amoratados ojos de una forma constante,siempre encontraban
un motivo para estar húmedos, siempre conseguían desviar su atención de
lo verdaderamente importante...aquello que solo se ve con ellos
cerrados.Era tal la sensación de impotencia que su forma de actuar
cambió por completo, toda la ternura que había demostrado en otro tiempo
se convirtió en una infranqueable coraza de indiferencia, opaca
armadura que impedía al sol iluminar su corazón, que poco a poco se
volvía más oscuro e insensible...corazón que en lugar de bombear "vida" repartía un veneno tan amargo como la hiel.
Encerrado en esas cuatro paredes veía pasar los días y, su único
contacto con el mundo exterior era un pequeño transistor del que emanaba
una voz, tan gastada como las pilas que lo hacían funcionar. Nunca supo
de quien provenía la voz que ponía banda sonora a su vida, no sabía
quien acompañaba desde la distancia esos brindis al vacío...
Cigarro humeante en
una mano, decrepita como su rostro; en la otra una copa de coñac que
saboreaba como si fuese el último trago que le brindaría esta vida y no se podía imaginar cuanta razón tenía. Cada sorbo
era paladeado como si fuese el último, como si en ellos tuviera la
respuesta a una pregunta que nunca se atrevió a plantearse y que a día
de hoy martilleaba su cabeza llevándolo de cefalea en cefalea...
Hoy nada le parecía como siempre, su pena era incluso más pena que de costumbre, la radio se entrecortaba y la botella llegaba a su final, el humo de tabaco era cada vez más denso y oscuro...parecía que era una señal que no supo interpretar.
De repente esa voz gastada del transistor enmudeció, la botella cayó al suelo y el cigarro inhaló los últimos restos de vida de aquella alma oscura. Llegó el final, sus alas no volvieron a crecer y él, que aspiraba a volver a tocar el cielo, se tuvo que conformar con un viaje infernal.
Esta noche vuelvo tras mis pasos y me dirijo a ese punto del jardín
donde enterré tu recuerdo y con él la esperanza de ser importante para
alguien. Lo sepulté tan hondo que hoy me cuesta la misma vida
encontrarlo, supongo que decidí guardarlos tan hondos para evitar la tentación
de buscarlos un día cogidos de la mano. Hoy salgo a buscarlos bajo la lluvia por otro motivo, hace mil noches que no recuerdo tu rostro, tu nombre se ha convertido en impronunciable para estos labios y gracias a ello la luz regresa de nuevo a una vida de tonos grises.
Hoy no te guardo rencor, fuiste mi maestra y como tal me dejaste marchar en el momento que me creíste preparado para dar el salto a este mundo. Pero mentiría si te dijese que no te odié, de hecho fue mi única fuente de energía durante años.
Los sentimientos de cercanía que experimentaba
al estar contigo habían ido tornándose en otros más cercanos al rencor, y
por ser justo con tu recuerdo decidí que ese no era el final que te
merecías. Ha pasado mucho tiempo...tanto que ya no existe un "nosotros" y
que seguramente seamos incapaces de reconocernos a simple vista, hoy
todo se ha vuelto indiferencia y es por ello que creo que habrá que
escribir un final a esta historia.
Pala en mano, decido no perder ni un minuto más, ya he pensado esta noche en ti más de lo que debiese y he descubierto que lo que creía un acto sin importancia se está convirtiendo en algo vital, pienso en dejarlo todo y volver tras mis pasos, pienso en dejar tus recuerdos enterrados, pero eso sería como permitir que volvieran a arraigar en mi y, entonces nada de lo pasado durante este tiempo hubiese merecido la pena.
No se me ocurre mejor desenlace que acabar con esto como empezó...con
fuego,aunque ahora el fuego de la pasión que hacía arder mi corazón con
cada beso que te robaba hoy sería el encargado de borrar el más mínimo
recuerdo y terminaría con todo lo que significaste para mi...El viento
haría el resto alejando las cenizas y esparciéndolas por otros lugares
mucho más lejanos restituyendo la serenidad de esta alma en pena...y
dándome la oportunidad de volver al punto de partida...
Hoy mis sueños se han deslizado entre las sábanas para terminar
helados, pasando frío, sin nadie que les dé consuelo ni los arrope.
Se escapan en un suspiro, así sin más, a una velocidad endiablada,
como si ellos mismos fuesen conscientes de que no los merezco...
Hoy mis sueños se convierten en el estribillo de una mala "canción del verano", canción que en unos meses no será recordada y morirá con los primeros fríos.
Hoy mis sueños cambian de cara, se convierten en pesadillas, en llantos, en dolor, en impotencia....y en carcajadas, tus carcajadas de fondo al ver todo el sufrimiento que causas en mi. Hoy mis sueños me recuerdan que son simplemente eso,sueños...y hacen todo lo posible para que recuerde que de ellos no quedará nada al despertar.
Hoy abro los ojos empapado de sudor, miro a tu lado de la cama y efectivamente...no estás aquí, la cama esta helada, tu lado de la almohada está gélida como la noche en que decidiste desterrarme a este mundo de pesadilla.
Hoy mis sueños son cada vez menos frecuentes, son cada vez menos
sueños, se han convertido en "noticiarios", en "anuncios" para pasar la
noche entretenido...
Hoy mis sueños se han ido volando...para acabar no muy lejos de mi cama...se han posado en los pies y observan como poco a poco me voy consumiendo y apagando.
Hoy mis sueños se ríen de mí y, lo que es peor...yo con ellos....
Hoy mis sueños...ya no son mis sueños...Me escupen en la cara y dejan una nota en el marco de la ventana:
"Tus sueños nunca te pertenecieron, eran los de otra persona..."
Hoy mis sueños me hacen olvidar que prefiero formar parte de los tuyos que tener los míos en propiedad.
Dicen que llorar es un signo de debilidad y una manera de mostrar la
forma de hacernos daño al resto del mundo. Personalmente, pienso que la
gente que opina de esta forma se equivoca por completo, llorar es
necesario, podemos llorar por diversos motivos y, pueden ser tan
antagónicos como la noche y el día.
Y en este momento pensarás, ¿por qué me cuenta esto?. La respuesta es
sencilla, añoro que mis ojos dejen escapar lágrimas, bueno en realidad
añoro que esas lágrimas que se asoman al balcón de mis párpados, sean de
ilusión, nunca conocí un llanto más dulce que el llanto por amor
correspondido, que el llanto provocado por la emoción de una pasión
desenfrenada.
Quiero volver a sentir todo el proceso de creación de esas
lágrimas,comenzando por ese nudo en la garganta, que se forma a la hora
de oír o pronunciar un "te quiero", quiero que esas lágrimas resbalen por mis
mejillas para terminar dentro de mí, quiero que su sabor me recuerde que
estoy vivo, que todavía puedo sentir, que puedo llorar y, que formo
parte de algo.
Quiero fundirme en un abrazo contigo, quiero sentarme a tu lado y
escuchar de tu boca que eres feliz, que a mi lado no tiemblas, no sufres
y que las pocas veces que lo haces encuentras en mí el apoyo necesario
para seguir adelante.
Quiero no cometer los mismos errores del pasado... Por una vez, me
encantaría poder darlo todo, sentir como siente una persona a la que sus
miedos no le impiden quererte como es debido, como te mereces...
Y como se que no es posible, lloro, de desilusión ,de tristeza, lloro
por no ser valiente, por no ir a tu encuentro cada día, por no ser capaz
de mantenerte una mirada, lloro por no saber que es lo que necesitas,
pero por lo que más lloro es por no saber quien eres ni porque nombre llamarte.
Levanto la vista del teclado por un momento y, veo el cenicero lleno de
colillas, algunas todavía humeantes, como tu recuerdo...
Busco la botella de agua que me acompaña en las largas noches de
ausencias...y con mis manos temblorosas decido dar un trago...deseando
que el agua apague el volcán de sentimientos que afloran en mi interior.
Como me temía...no sirve de nada...el fuego interno me consume y arrasa con todo aquello que hasta el momento se le había resistido.
Así que decido huir, dejar tu recuerdo aparcado y perderme en el
anonimato, mantener una distancia de seguridad que me permita
contemplarte sin ser visto...que me permita colarme en tu vida poco a
poco, sin que notes mi presencia....Buscando la palabra exacta, el gesto
oportuno, el mínimo resquicio para volver a tu lado....y no lo encuentro, empiezo a dudar si tanto esfuerzo merece la pena, si me equivoqué de sueño e intentaba vivir uno que no me correspondía. Desde este momento la dudas se convierten en miedo, soledad y nostalgia, en deseos incumplidos y metas inalcanzables.
Vuelvo mi vista al cenicero y, con horror contemplo como desapareció el
humo y con el tu recuerdo....Vuelvo a encender otro cigarro, sin ganas
de fumar, simplemente porque decido no olvidarte...
Nuestras
miradas se cruzaron por primera vez durante un instante, no creo que
te diera tiempo a percatarte de esos ojos oscuros clavandose en el fondo
de tu alma. Seguí tus pasos como si fuese un guardaespaldas, calculando
friamente la distancia, para no dar un paso en falso, para no acercarme
más de la cuenta a mi "estrella"... Seguía
fantaseando con tus cabellos y tu cara de ángel,deseaba que esas manos
se aferraran a las mías con fuerza... Hasta que la voz de una señorita
por megafonía hizo que abandonara ese mundo de ilusión y volviera a la
cruda realidad de no saber nada de tí... "Señores viajeros del tren con
destino a Ninguna Parte, les comunicamos que su salida será retrasada
por tiempo indefinido". En
ese momento sentí que una sensación por desgracia muy familiar se
apoderaba de mi ser pero en esta ocasión se mezclaban elementos
completamente opuestos...Por un lado, esa dulce voz procedente de los
altavoces me trasmitía serenidad,paz y me daba la oportunidad de seguir
"comiéndote" con la mirada. A su vez ese mensaje llegaba a mi
transformado en agujas afiladas se clavaban directamente en mi corazón,
otro día más mi tan ansiada partida se posponía...A través de mis ojos
podía ver mis sueños yacentes en el suelo y, con horror miraba como la
gente los pisaba sin darles la minima importancia. Tras
esos momentos de desolación, decidí buscarte por la estación y, tal fue
mi felicidad al ver un asiento vacío a tu lado, que me olvidé de mis
miedos para sentarme. Mil preguntas recorrían mi mente y, todas
ellas querían salir a la vez, sin un orden claro y con una preocupante falta de destreza...Resultado: solo pude balbucear una frase sin sentido totalmente
ilógica...Sonreíste con complicidad, como si hubieses estado esperando
este momento desde el comienzo.Tus labios murmuraron y decidiste dar el
primer paso... "Me llamo Felicidad y mi destino creo que es el mismo que
el tuyo"... Se
repitió el mensaje por megafonía y en esta ocasión,en lugar de esperar
la salida a Ninguna Parte, decidí acompañarte para siempre, ese tren que
salía ya no era el mío...nada me podía hacer más feliz... Ya
no me importaban los retrasos, no tenía miedo al mañana, sabía que
desde ese momento ningún viaje volvería a ser en blanco y negro, ningún
paisaje me parecería melancólico y que contigo a mi lado nunca más
sufriría por un retraso...Por fin podía cerrar los ojos sin miedo a perderte al abrirlos.
Una mañana, no recuerdo cuanto tiempo ha, te colaste en mi vida sin
pedir permiso. Cuando me quise dar cuenta, estabas instalada en lo más
profundo de mis entrañas...Ya no miraba con mis ojos,eran los tuyos los
que me guiaban, no escuchaba nada que no quisieras escuchar, no podía
tomar una decisión sin tenerte presente en cada momento...no podía.
Hoy
deseo que te vayas igual que entraste, sin avisar, sin aspavientos,sin
una voz más alta que otra, sin un mal gesto ni una mala palabra. No
quiero llantos, porque eso significaría que a alguien le dolería lo que
esta pasando y, sinceramente, no hay nada que desee más en este momento
que olvidarte.
No intentes convencerme haciéndome sentir
solo, vacío, inerte...eso no te volverá a funcionar...al menos conmigo.
Es mucho tiempo el que he invertido en comprender porque eras mi
compañera de viaje y, si algo he sacado en claro es que nunca debiste
serlo, nunca me aportaste nada que no fuese dolor e incapacidad....
¿Duele
lo que lees? Más me duele a mí sentirte cerca, maldita Soledad, (ya has
conseguido lo que no quería,nombrarte, pero te aseguro que esta será la
ultima vez)...
Y no te molestes en volver, disfrazada de
otras, porque mientras exista el mañana, simplemente serás algo
pasajero, alguien con quien te cruzas por la calle, alguien con quien
pasas unas horas pero que al oscurecer el día duerme alejada de
mí...Nunca volverás a ver una puerta abierta, nunca volverás a mi vida
mientras sea ...mi vida.
Sus lágrimas estaban hechas de sueños truncados, de vidas maltratadas y elecciones equivocadas;muchas noches en vela y constantes preguntas y dudas.
Sus lágrimas se alimentaban de fracasos, de villanos de serie B y de miedos infundados, de oportunidades perdidas y negaciones de felicidad.
Sus lágrimas no le pertenecían, nunca las quiso y sólo salieron de sus ojos cuando fueron provocadas, nunca tuvo la ocasión de descubrir lo que era llorar de felicidad y ahora ella misma se oponía.
Sus lágrimas tienen la mezcla exacta de inocencia y experiencia, de humildad y soberbia, de amor y odio...
Sus lágrimas son canciones para sordos, fuegos artificiales para ciegos.
¿Mis lágrimas? Aparecen cada vez que las suyas tocan el suelo y soy
incapaz de evitar que se fundan con el barro permitiendo que lo más puro de su alma se ensucie y pierda parte de
su esencia
Mis lágrimas son dudas y labios callados, experiencias vividas e inocencias pervertidas.
-"Tómate una copa a mi lado, resolvamos esos interrogantes filosóficos que atormentan al hombre desde que es hombre".
Así comenzó una noche que se convirtió en día y que terminó por fundir todo el hielo acumulado en su cama tras mil noches sin la calidez de compañía.
Al abrir sus ojos, una tonalidad rojiza, hacía ver que lo de la noche
anterior se le había ido de las manos. Frente al espejo y con la torpeza de alguien al que le habían robado el sueño, repetía una y otra vez palabras sin sentido, preguntas que esperaban tener una respuesta lógica y que nunca encontraría. La resaca se había convertido en
su compañera e intercambiaba con él pensamientos mediante nauseas y
viajes en montaña rusa.
Quiso andar sobre sus pasos
para averiguar como había llegado allí, para saber donde estaba y para
comprender porque había alguien a su lado. Desnudo se dirigió al salón sacó un cigarro y lo encendió, sus primeras caladas le provocaron un gran ataque de tos que apuntó estuvo de truncar su huida perfecta. El remordimiento lo
atormentaba, nunca le habían gustado los amores de una noche y mucho menos cuando no podía ni siquiera recordar como había comenzado la historia.
Raudo se vistió y salió a la calle,
no quería pasar ni un minuto más de lo necesario en esa casa...No quiso
ver la cara de la chica que dormía a su lado, no quería tener que dar
los buenos días ni ver una mirada igual de culpable que la suya. Creía
innecesario tener que pasar por presentaciones tardías y palabras
vacías.
Su cuerpo pronto empezó a experimentar
síntomas de cansancio, todavía no se había podido recuperar de esa larga
noche de copas y cigarros humeantes, antesala de lo que probablemente
fue el encuentro más loco y apasionado que jamás había vivido y del que
no recordaba nada...
Levantó su mano y sus ojos ocultos tras el cristal de unas gafas de sol mal puestas buscaron un taxi. Un último esfuerzo y estaría en su casa.
En su mente seguían los interrogantes pero ahora ya no eran tan necesarias esas respuestas, ¿qué más podía pasar?...
De
repente se percató que estaba cantando esta canción, respiró y la culpa
se tornó en una media sonrisa y un pacto para olvidar entre su lado
canalla y eso a lo que llaman conciencia.
Nunca me había parado a pensar todo lo que puede esconder tras de si un
beso. Un beso puede tener tantos significados como formas y provocar
tantos sentimientos como labios hay en el mundo esperando el suyo.
Porque no nos engañemos, todos tenemos derecho a ser besados y tenemos a
alguien que se muere por hacerlo...al menos, eso es lo que quiero
pensar.
Ese momento mágico en el que dejas de lado todo tus pensamientos para
centrarte solo en uno...fundirte con otra persona en un todo,
intercambiando algo más que el roce de unos labios lujuriosos. Ese
instante en el que tus problemas se desvanecen y ayudas a que los de
otra persona también se esfumen.
Ese único instante donde te muestras tal como eres, donde no valen
mascaras ni adoptas un rol: los cobardes se vuelven valientes, los
valientes tiemblan por una vez, los independientes se dejan dominar por
la ternura que reciben y los que nunca habían besado lo hacen con miedo
y torpeza pero también con ilusión ante la oportunidad de descubrir un nuevo mundo ante sus ojos, un nuevo
mundo en el que quedan atrapados deseando la inmortalidad de ese
momento. Aunque lo mejor de los besos es poder recordarlos en el futuro y pensar
que en un momento fuiste capaz de hacer feliz a alguien, saber que
había gente que los necesitaba tanto como tú y que moría por sentir cerca el calor de tus labios.
Claro que también existen los besos de despedida...pero esos mejor no vivirlos.
En una ocasión me dijeron que un beso no dado era un sentimiento maltratado...
Llueve
y hace frío,demasiado incluso para un corazón acostumbrado al hastío de
la soledad, las hogueras que hoy iluminan la ciudad no sirven para otra cosa que potenciar la penumbra en la que me muevo.
Hoy más que nunca te necesito a mi lado. ¡Entra!, no llames
a la puerta y pasa hasta el fondo...Ocupa tu lugar y no pierdas el
tiempo en excusas y perdones, no te molestes en secar tu cuerpo, no
malgastes ni un segundo en recoger tu pelo, si todo sale como es debido
marcará el compás de tus jadeos.
Hoy no quiero comportarme como una persona, no quiero mimos,no quiero
caricias y besos dulces. Hoy no habrá lugar a balbuceos y te quieros...
Desnuda tu cuerpo,pierde el miedo y entrégate a la pasión de una noche
a oscuras, sin rostros ni miradas...Hoy todo será pasión, lujuria y
desenfreno...
Esta noche mi espalda se convertirá en un lienzo que pintar de rojo
con los pinceles de tus uñas, clávalas profundas, sin miedo. Y, una vez
terminado, firma con la tinta de tus dientes... no permitamos que el
tiempo pueda borrar este recuerdo
Hoy nos compenetraremos como nunca antes lo hicimos , nos fundiremos
en uno y dejaremos que nuestros instintos animales se apoderen de
nuestro pudor y lo condenen al exilio.Por fin nos liberaremos de los
grilletes de la sociedad para volver a ser lo que realmente
somos...¡Animales!
Y después de todo esto, no hables, no digas nada vístete y vete,
déjame con mis fantasmas y con tu marca en mi espalda....Cierra la puerta, borra tus huellas y deja que me consuma en la hoguera.