jueves, 24 de enero de 2013

Peor para el sol.





 -"Tómate una copa a mi lado, resolvamos esos interrogantes filosóficos que atormentan al hombre desde que es hombre". 
  Así comenzó una noche que se convirtió en día y que terminó por fundir todo el hielo acumulado en su cama tras mil noches sin la calidez de compañía.
  Al abrir sus ojos, una tonalidad rojiza, hacía ver que lo de la noche anterior se le había ido de las manos. Frente al espejo y con la torpeza de alguien al que le habían robado el sueño, repetía una y otra vez palabras sin sentido, preguntas que esperaban tener una respuesta lógica y que nunca encontraría.  La resaca se había convertido en su compañera e intercambiaba con él pensamientos mediante nauseas y viajes en   montaña rusa.
 Quiso andar sobre sus pasos para averiguar como había llegado allí, para saber donde estaba y para comprender porque había alguien a su lado. Desnudo se dirigió al salón sacó un cigarro y lo encendió, sus primeras caladas le provocaron un gran ataque de tos que apuntó estuvo de truncar su huida perfecta.  El remordimiento lo atormentaba, nunca le habían gustado los amores de una noche y mucho menos cuando no podía ni siquiera recordar como había comenzado la historia.
 Raudo se vistió y salió a la calle, no quería pasar ni un minuto más de lo necesario en esa casa...No quiso ver la cara de la chica que dormía a su lado, no quería tener que dar los buenos días ni ver una mirada igual de culpable que la suya. Creía innecesario tener que pasar por presentaciones tardías y palabras vacías.
 Su cuerpo pronto empezó a experimentar síntomas de cansancio, todavía no se había podido recuperar de esa larga noche de copas y cigarros humeantes, antesala de lo que probablemente fue el encuentro más loco y apasionado que jamás había vivido y del que no recordaba nada...
 Levantó su mano y sus ojos ocultos tras el cristal de unas gafas de sol mal puestas buscaron un taxi. Un último esfuerzo y estaría en su casa.
 En su mente seguían los interrogantes pero ahora ya no eran tan necesarias esas respuestas, ¿qué más podía pasar?...

De repente se percató que estaba cantando esta canción, respiró y la culpa se tornó en una media sonrisa y un pacto para olvidar entre su lado canalla y eso a lo que llaman conciencia.























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