En este momento tengo una extraña mezcla de sensaciones, se despide de nosotros el sitio en que viví muchos de los mejores momentos de mi vida (amores, amistades y proyectos que nacieron entre esas cuatro paredes) y por otro, con su desaparición se esfuma el recuerdo de malos momentos y enfermedades mal curadas con recetas de muerte en vida)
Seguro que si rondas los "taitantos" o estás a punto de cumplirlos sabes de que te hablo, recordarás sus grandes jarras de cerveza o calimocho, su carta de chupitos, sus intensas tardes-noches de futbolín y sus "juergas" a puerta cerrada.
Tuve la suerte de descubrirlo en 1997, en aquellos tiempos no podía imaginar que acabaría currando allí unos años más tarde, y menos aún, que en un futuro sería el propietario con mi buen amigo Rubén, al que desde aquí le mando un abrazo...Rubén, se nos va Er Bume pero antes nos dejó una última lección por aprender...y en ello estamos.
Mientras escribo esto no puedo evitar derramar alguna que otra lágrima y notar como se me encoge el alma. Dicen que recordar es prolongar la vida de los que nos abandonan, espero que así sea.
Mañana no podré acudir a esa última fiesta y, aunque pudiera creo que no lo haría...Prefiero despedirme sin hacer ruido...y no tener que pasar por el trago de ver como su persiana es bajada para siempre...
Sé que esta vez el boomerang será lanzado para no volver...
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