Cruce de caminos, encrucijada de sueños...Cuatro itinerarios que te alejan de todo, que te permiten huir y evitar confrontaciones...que te enseñan a pensar, sentir, escuchar...pero todo a vivir.
El primero es simple, seguir hacia delante y no mirar atrás, pensar que lo pasado es pasado por algo. Engañarte a ti mismo y pensar que nada de lo vivido con anterioridad te debe acompañar en este camino, que tu soledad te hace más fuerte y que no necesitas a nadie a tu lado...Vivir en una mentira.
El segundo, dejarse guiar por la mente, el raciocinio y no dejar nada al azar, mucho más tranquilo y seguro, pero posiblemente también con una alta dosis de hastío. No hacer nada sin antes calcularlo metódicamente, no escuchar cantos de sirena y dejar de lado experiencias ajenas. No sentir nada por nadie sin despejar la incógnita con anterioridad...Tener presente que la forma del corazón no es la que nos enseñan a dibujar de pequeños evitando romanticismos estúpidos...
Tercer sendero, mucho más pasional y emotivo. Duro en lo malo pero satisfactorio en todo lo positivo, que posiblemente sean la mayor parte del mismo. Dejar que alguien camine a tu lado por el mero hecho de querer compartir experiencias, conocer gente y sentir que eres importante para esa persona, aunque en realidad tú eres feliz con simplemente saber que ella lo es para ti...
El último, no sé si considerarlo camino, sendero o simplemente una vuelta atrás, deshacer los pasos que con tanta ilusión recorriste, volver al punto de partida y no volver a pisar ninguna de tus huellas, intentando que el mismo camino que anduviste en una ocasión te lleve a otro punto diferente pero te permita disfrutar del mismo paisaje...
Da igual el que cojas...Al final, yo estaré esperándote...